viernes, 29 de junio de 2012

Protección de columna, Por Marcelo Vargas (MEDS)


Protección de la columna

Son rápidos, sencillos: los ejercicios para mejorar o corregir la postura de la columna vertebral son muy útiles para evitar molestias en la espalda. 

Hace miles y miles de años, nuestros antepasados realizaban todas sus actividades arriba de los árboles. Para eso, sólo necesitaban moverse con la fuerza y movilidad de sus brazos. Pero después bajaron al suelo y se vieron obligados a cambiar algunos hábitos. Uno de los más importantes: tuvo que aprender a ponerse de pie.

Este importante cambio en su sistema de vida significó poner de manifiesto la importancia de la columna. Sin embargo, la nueva postura adoptada para caminar trajo consigo una serie de complicaciones (lesiones, alteraciones, inflamaciones).

“Se estima que en el origen de la humanidad no era importante, pero con la evolución, la columna vertebral se convirtió en una estructura flexible. Ahora se mueve para adelante y para atrás, se inclina a la izquierda y a la derecha, rota para ambos lados...”, explica Marcelo Vargas, kinesiólogo de la clínica MEDS.

Según el especialista, esta situación confabula para que la columna se vea sometida a mucho estrés, para lo cual no está preparada. Asegura que “se le exige mucho en la mayoría de las actividades cotidianas: desde estar durmiendo hasta levantarse, agacharse a lavarse los dientes, caminar o trabajar”.
Qué hacer

Más que tener una espalda erguida, lo que se necesita es una espalda funcional; es decir, que se comporte adecuadamente en cada una de las actividades diarias. La idea es no someterla a acciones repetitivas en el tiempo y que originen dificultades en el funcionamiento de las distintas estructuras que están comprometidas en la columna.

Idealmente, este entrenamiento debería hacerse desde que los niños son pequeños. Marcelo Vargas aconseja que “la mamá o el papá debe llamar la atención de sus hijos para que controlen su musculatura y enderecen su espalda cuando están viendo televisión, sentados o caminando”.

En los adultos, la corrección de la postura debería hacerse de forma consciente, manteniéndose activos todo el tiempo. Así se evitarían dolores, cansancio o alteraciones que -en algunos casos- se van agudizando con el tiempo.
 

El profesional destaca que si lo anterior se convierte en rutina, los resultados son fácilmente observables. “Hay que desarrollar los grupos musculares que le dan sostén a la columna. Por ejemplo, a través de ejercicios de elongación y contracción de los músculos de la zona abdominal”, explica.
Útiles consejos

A continuación, el especialista entrega algunos prácticos consejos en base a actividades cotidianas. Internalizarlos y ponerlos en práctica de manera constante es responsabilidad de cada uno.

Si una persona permanece sentada gran parte del tiempo (por un trabajo de oficina, por ejemplo), lo ideal es que se apoyen ambos glúteos en la silla y que las rodillas queden alineadas por sobre la pelvis. También es importante que las extremidades superiores tengan un buen apoyo.

Yendo al plano más doméstico, el kinesiólogo aconseja especialmente a las dueñas de casa: cuando hay que permanecer mucho tiempo realizando una actividad repetitiva y de pie, lo mejor es buscar un piso y sentarse. Por ejemplo, cuando vayan a planchar o a lavar.

Pero en la casa se pueden tomar muchas otras precauciones (todas muy prácticas): cada vez que alguien se vaya a cepillar los dientes, lo ideal es no inclinarse tanto hacia al lavatorio. El mismo consejo es para las mujeres que gustan de lavarse el pelo en esa misma posición. ¿Para qué?, si se puede hacer erguida cada vez que se bañen.

Y para aquéllas que siempre se han preguntado si el uso prolongado de zapatos con tacos alto podría causar algún problema en la columna, la respuesta es sí. Ese tipo de calzado provoca un desplazamiento anterior del centro de gravedad, lo que obliga a corregir la postura con una curvatura anormal de la columna.

Con todo, está en cada uno comprometerse a tratar mejor a una estructura que muchas veces es olvidada: la columna. Las técnicas son sencillas y gratuitas.

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